Antonio
Rocha Gallardo
PRESIDENTE – CRDA SC
Una de las
formas más efectivas de alcanzar mejores niveles de calidad y satisfacción del
cliente de determinado sector, corresponde a la capacidad de autorregulación
del propio sector, es decir la capacidad de sus miembros de establecerse
normas, reglas y procedimientos internos que garanticen la consecución de lo
que pretenden para el desarrollo integral y competitivo del sector.
La autorregulación conlleva un compromiso de mejora continúa
basado en la autocrítica y la evaluación introspectiva del desempeño, cuyos
resultados generan amplia satisfacción del cliente además de la seguridad y
confianza de contar con un proveedor fiable. La regulación de un sector es
buena pero es doblemente buena si proviene del convencimiento del sector sobre
lo que deben hacer para lograr entregar bienes y servicios competitivos y de
alta calidad a sus consumidores.
Todos los operadores de Comercio Exterior estamos normados
en nuestro accionar por las regulaciones en materia aduanera y tributaria y las
abundantes disposiciones emitidas por la Aduana Nacional y el Servicio de
Impuestos, todas estas reglas establecen un marco normativo respecto de los
procedimientos que debemos seguir importadores, exportadores, agentes de
aduana, transportadores, bancos, aseguradores, etc, en las operaciones de
comercio exterior en las cuales intervenimos de manera directa o indirecta.
Ahora bien, al estar tipificadas las conductas que
corresponden a los ilícitos tributarios y aduaneros, clasificados en delitos y
contravenciones, la norma establece sanciones de orden civil y penal en función
del tipo de conducta y la cuantía del daño al Estado, todo esto hace a la
legalidad de las operaciones de comercio exterior, pero de ninguna manera hace
a la calidad, la eficiencia y la transparencia de estas operaciones.
Un esfuerzo importante encarado por la Organización Mundial
de Aduanas (OMA) y gran parte de las aduanas del mundo, entre ellas la Aduana
Nacional de Bolivia, es el compromiso de estas en la certificación de la
seguridad de los operadores de comercio exterior a través del Programa del
OPERADOR ECONOMICO AUTORIZACO (OEA), donde se certifican a los distintos
operadores de la cadena logística comercial internacional en función a la
seguridad de sus procesos internos y como estos responden al riesgo de cada
operación respecto a la defraudación, la omisión de pago, el contrabando, el
lavado de dinero y otros ilícitos.
La autorregulación enfocada en lograr los objetivos del
programa OEA, será la base para que muchas de las agencias aduaneras y otros
operadores de comercio exterior desarrollen políticas y establezcan
procedimientos destinados no solo a asegurar la legalidad de las operaciones de
comercio exterior, sino, a lograr mayor calidad, transparencia y confiabilidad
en nuestros servicios.
Las medidas de transparencia y buena gobernanza en las
organizaciones públicas deben contemplar mecanismos y procedimientos que
faciliten la recepción y atención de las denuncias sobre actos de ilícitos, de
la misma forma que los operadores privados debemos garantizar la legalidad y la
transparencia de nuestras operaciones, en este proceso, la autorregulación es
el paso inicial trascendente que nos permitirá generar confianza y seguridad no
solo de las autoridades, sino, de la sociedad la cual nos debemos.
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